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Los estudios reunidos en este volumen arrojan nueva luz sobre la figura de la viuda en la primera Edad Moderna. Los moralistas de la época solían mirarla con recelo, por la autonomía de que gozaba, haciéndola objeto de adoctrinamiento y castigo. Cuantas enviudaban lograban, sí, sustraerse al yugo del control masculino, pero, a la vez, perdían con su cónyuge tanto una guía ética como el sustento económico, viendo peligrar así su buena conducta, y hasta su misma supervivencia.
Por su comportamiento lujurioso, las actividades ilícitas o inmorales que practicaban para subsistir, la invasión –en ausencia del cabeza de familia– de ámbitos profesionales reservados a los hombres, las viudas se percibían como mujeres descontroladas que cabía temer, vigilar y neutralizar. Se analizan aquí estos y otros temas, cuales las estrategias político-culturales que las viudas de las altas esferas adoptaron en la gestión del poder, sin olvidar, por supuesto, el mundo de las artes y de la ficción literaria.
Por su comportamiento lujurioso, las actividades ilícitas o inmorales que practicaban para subsistir, la invasión –en ausencia del cabeza de familia– de ámbitos profesionales reservados a los hombres, las viudas se percibían como mujeres descontroladas que cabía temer, vigilar y neutralizar. Se analizan aquí estos y otros temas, cuales las estrategias político-culturales que las viudas de las altas esferas adoptaron en la gestión del poder, sin olvidar, por supuesto, el mundo de las artes y de la ficción literaria.